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Etapa 1. Límite provincial

Cáceres / Salamanca
Puerto de Béjar
Fuenterroble de Salvatierra


(30,8 kilómetros).

 

La ruta comienza en el  límite por el Sur de la provincia salmantina, supera una meseta para llegar a la superior por lugares bellos como solo la naturaleza se encarga de crear muy de vez en cuando. Se asciende un puerto con todo lo que ello conlleva: un esfuerzo extra con segura recompensa solo metros después.

Al poco de penetrar en Salamanca, por si había dudas de la entidad del recorrido, todo un jardín de esos que se escriben con mayúsculas: el Jardín Histórico El Coto de Nuestra Señora del Carmen, una joya con más de cien años de historia cuya construcción encargó el trujillano Diego Trespalacios y Carvajal, Conde de Trespalacios, al paisajista valenciano de origen francés Tomás Veyrant. Aromas propios de latitudes muy lejanas llegan al caminante al paso por las cercanías de la localidad de Peñacaballera, primera salmantina en la sureña ruta jacobea.

Es este punto, un singular lugar de encuentros de épocas demasiado diversas. Es así como, en un momento, el viajero transita por una estructura del periodo Romano, disfruta con aromas de árboles centenarios, cruza una carretera nacional del siglo pasado y sortea una modernísima infraestructura de la centuria presente. Y todo, en tan solo unos metros que hacen mucho más llevadera la subida hasta los 890 metros a los que se sitúa el alto. A la derecha de la ruta, unos pocos metros más elevado, emerge, poderoso, el mirador de Puerto de Béjar.

Ni una antigua milla romana, mil pasos para ellos, un poco menos de kilómetro y medio para nosotros, ha recorrido todavía el caminante por la provincia salmantina. Son abundantes los miliarios situados a lo largo de las 73 millas que la ruta ocupa por nuestras tierras. Desde el comienzo de la Vía en la romana Augusta Emerita, la actual Mérida, la milla 131 sería la primera en terreno salmantino; la 204, la última. Y se supone que cinco mansio, o posadas, estarían presentes por aquí. Se trataba de construcciones oficiales que se utilizaban a modo de los albergues de hoy en día. Pese a serlo, no se han puesto de acuerdo los especialistas a la hora de ubicar el punto exacto en el que se encontraba la de “Caelionicco”, aunque bien pudiera ser en el entorno de Peñacaballera. Los cacereños la sitúan en Baños de Montemayor. Dejemos a los expertos que sigan investigando.

Castaños exuberantes y bellísimos robles acompañan el descenso de la ruta. Como sucede casi siempre que una vía pierde altitud, el fin tiene nombre de río. Pocos con más bella denominación que ese Cuerpo de Hombre que se atraviesa por el Puente de La Malena, llamado por algunos de La Magdalena, construcción no romana sino medieval, pero que cumple igualmente con su bendita función.

Regresa el llano por el valle del río salmantino y en la milla 138 nos encontramos los restos de un fortín de marcado acento defensivo que retrotraen al peregrino a tiempos felizmente pasados. La Vía entra en la población de La Calzada de Béjar y la atraviesa por su serrana Plaza Mayor a la sombra de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

A partir de allí es el Sangusín el que toma el relevo al río Cuerpo de Hombre a la hora de regar un llano aún fértil pero en el que ya se van observando, poco a poco, las primeras encinas de la vecina dehesa charra. En este lugar, una parada para observar, a la derecha y aprovechando lo liso del terreno, la portentosa sierra de Béjar desde un  espacio absolutamente privilegiado.

Es terreno éste, justo hasta que la Vía llega a Valverde de Valdelacasa, fértil también en miliarios, 27 en tan solo 12 millas concretamente. Sin embargo, los expertos creen que solo uno de ellos está situado en el mismo lugar en el que en la antigüedad romana. Se le dio en llamar “Prao Fusillo” y en sus aproximaciones un día debió de ubicarse la segunda mansio de la provincia salmantina, la de “Ad Lippos”, también perdida en la actualidad.

Tras kilómetros descansados, regresan los toboganes a la ruta. Los pequeños puertos se suceden al tiempo que la original Vía de la Plata se pierde y es sustituida por caminos y estrechas carreras locales. Después de la población de Valdelacasa y, por unos pocos cientos de metros, el viajero compartirá tramo con la Cañada Real Soriana Occidental, ese camino trashumante que recorre, desde Soria hasta Badajoz, 700 kilómetros por las provincias de Segovia, Ávila, Salamanca y Cáceres.

El final de esta primera etapa de la Vía de la Plata por el interior de la provincia salmantina es Fuenterroble de Salvatierra, localidad entregada al espíritu jacobeo, con la figura del cura de la parroquia, don Blas Rodríguez, como principal impulsor. El albergue del pueblo es punto de parada y descanso para peregrinos y viajeros ocasionales, al igual que el centro de interpretación sobre la ruta jacobea que existe en la localidad.